Sistema de Lavado sin Agua - Residencia Monte Carmelo
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Sistema de Lavado sin Agua

Innovando en el arte de cuidar

 

Agosto 2014

 

Entre las muchísimas actividades cotidianas que se dan en nuestros centros, una de ellas, y en la cual invertimos gran parte de nuestro tiempo, es el aseo o la ducha de los pacientes. Este momento, personal e íntimo, es cuando compartimos nuestra presencia y cuidados profesionales con el residente. Mientras realizamos la actividad encontramos, además, espacio para las palabras compartidas y para poner en predisposición toda nuestra competencia al servicio del otro.

 

Para dicha actividad, y enmarcado dentro de la política de apertura hacia nuevas formas de cuidado e innovación, incorporar nuevos conceptos para la ejecución de la higiene del paciente se convierte para nuestra organización en una exigencia. Es por ello por lo que se decidió introducir la valoración sobre el nuevo concepto de “lavado sin agua”

 

Valorando la trayectoria de esta nueva técnica y obviando las reticencias habituales hacia lo nuevo, descubrimos que se trataba de una forma de hacer, no tan nueva, desarrollada por una enfermera estadounidense (Susan M. Skewes) en la década de los 90 (1), extendida ampliamente en el viejo continente, especialmente en los países nórdicos. Dicha forma de lavado sin agua, parece empezar a ser habitual en hospitales alemanes u holandeses cuya utilización, en éste último país, ronda el 75%, y cuyos estándares de calidad son exigentes y conocidos por todos. Aquí en España y consultado previamente la bibliografía existente (2), no parece que exista documentación específica sobre su uso de manera generalizada en ninguna institución sociosanitaria, aunque su uso no se descarta.

toallitas lavado sin agua

 

Con esta nueva forma de lavado, que no sustituye los beneficios de la ducha, el procedimiento se convierte en una actividad más eficaz, rápida y, significativamente, más higiénica que el método convencional con palangana.

 

Los parámetros en los que centramos nuestra atención fueron; balance beneficio-perjuicio al residente y cuidadores y la agilidad y eficacia del procedimiento.

 

La técnica para realizar un lavado completo en cama consiste en el uso de 8 toallitas que, impregnadas de un producto que higieniza la piel, la refresca y la hidrata profundamente, se realiza el aseo de forma integral. Cada una estas toallitas viene destinada a limpiar exclusivamente una zona del cuerpo el cual está dividido en 8 zonas (1 toallita para la cara y cuello, 1 para cada brazo, 1 para cada pierna, 1 para la espalda, 1 para el abdomen y la zona genital y 1 para la zona glútea). El carácter desechable de las mismas fue el factor fundamental que consideramos esencial en la influencia sobre la prevalencia de infecciones cruzadas. Olvidarnos de palanganas y su cuestionada higiene, fue un aliciente para su implementación. Para el lavado parcial de las zonas íntimas, existe otro formato similar, más adecuado para esta tarea e igualmente desechable y con la particularidad de poseer entre sus ingredientes productos profundamente hidratantes y protectores de la piel.

 

Respecto a la agilidad del procedimiento, esta radica en proporcionar, en una misma acción, confort, higiene, hidratación y, por tanto, protección de la piel del residente, reduciendo el tiempo invertido en la ejecución de este cuidado, factor también determinante que quisimos analizar a la hora de decidir si implementar o no el nuevo concepto. La preparación y transporte de la palangana, las esponjas desechables, los jabones de baño, cremas hidratantes y las toallas quedaban descartados con estas nuevas formas, agilizando enormemente, a priori, la aplicación del cuidado.

 

Los paquetes de toallitas podían ser calentados cómodamente en el microondas, proporcionando al usuario, en las épocas más frías, una sensación agradable.

 

Actualmente, después de casi un año de implementación de este nuevo concepto, el balance de nuestra experiencia ha sido positivo.

 

Desde los inicios de la implantación del sistema se monitorizaron más de 20 parámetros asociados a la utilización del sistema de lavado sin agua con el fin de observar las desviaciones que pudieran producirse sobre nuestros estándares de calidad. Dichas medidas iban ligadas a ítems relacionados con la eficiencia y repercusión sobre los usuarios del sistema; edad, sexo, tipo de incontinencia, episodios de agresividad en el baño o aseo, diagnóstico de deterioro cognitivo, presencia de infecciones del tracto urinario, nivel de dependencia, presencia de úlceras por presión, dermatitis y otras lesiones de la piel y número de episodios de diarrea de todos los usuarios del sistema, entre otros.

 

Igualmente se valoró la tolerancia por parte de los residentes, la calidad de la piel percibida por el equipo de trabajo y la carga de trabajo que suponía.

 

En la foto actual (Agosto de 2014) los beneficiarios del sistema de lavado sin agua (aseo completo y aseo perineal) suponen el 44,47% de toda nuestra población (n= 76.45), con una edad media de 88,9 años. La prevalencia, entre los usuarios del sistema, de deterioro cognitivo grave y muy grave, GDS = VI, según Escala de Deterioro Global (Reisberg, 1982) se situaba en el 50% y la de usuarios con incontinencia en el 94,12%. El uso de las duchas convencionales se ha reducido significativamente sin repercusión negativa para los beneficiarios, que, al menos, son duchados una vez a la semana.

 

La prevalencia de infecciones del tracto urinario diagnosticadas en los pacientes que usaban este sistema se situó en el último mes de medición en el 8,82%, por debajo de los datos que las sitúan en torno a 15-51% según la bibliografía consultada (3). Un 2,94% de los usuarios presentó episodios de diarreas sin fiebre en el mismo mes. La prevalencia de úlceras por presión se situó en el 0% (4).

 

En referencia a la situación de la piel, la apreciación por parte de los profesionales de cuidado era de un mejor estado general de la misma, siendo su uso valorado muy positivamente.

 

Los tiempos invertidos en nuestro centro para la realización de un aseo completo en cama a un residente con una dependencia total según el Índice de Barthel Modificado (Granger et al, 1979) en el que se incluye un aseo completo de todo el cuerpo, vestir y sentar al residente de forma correcta, adecuada y con altos estándares de calidad y calidez se estima en 14 minutos. Para el aseo perineal que incluye el aseo de las zonas íntimas, colocación del residente en la nueva postura y adecuación de la cama, el tiempo estimado se sitúa en torno a 5 minutos.

 

No obstante es importante insistir en que es necesario seguir realizando investigaciones profundas con estudios que valoren ampliamente los parámetros calidad en cuidados-coste-efectividad en aras de poder innovar en la prestación de este servicio y siguiendo las sugerencias indicadas en el Programa Marco de la Unión Europea para Investigación e Innovación, “Horizonte 2020”.

José Antonio García García>

BIBLIOGRAFíA

 

(1) Skewes S.M. Skin care rituals that do more harm than good. American J of Nursing 1996 [consulta el 01 de julio de 2014]; 96(10):33-35. Disponible en:

http://www.bag-bath.com/filer/apodan%20usa/skincare_susan_skewes.pdf

http://www.bag-bath.com/filer/apodan%20usa/skincare_susan_skewes.pdf

 

(2) Consultada bibliografía en base bibliográfica Medline con los términos “lavado sin agua”, “higiene sin agua” e “higiene con materiales desechables.

 

(3) SEGG. Guía de Buena Práctica Clínica en Geriatría. SEGG. 2005 [consulta el 01 de julio de 2014]. Disponible en: http://www.segg.es/

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